Esplendor modernista

- Arquitectos: Manuel Reboredo y Juán de Ciórraga
- Fecha: Entre 1905 y 1930
- Dirección: Plaza de Lugo, 11.
El Modernismo coruñés se introdujo en la ciudad en 1906, de la mano del arquitecto cubano Ricardo Boán y Callejas y del coruñés Antonio López Hernández. Este estilo encajaba a la perfección con una nueva burguesía que quería diferenciarse de la aristocracia que vivía en Ciudad Vieja. Cultos, amantes de los viajes y con ingresos que provenían del intercambio ultramarino, se instalaron en el Ensanche, la ampliación de la ciudad acometida por el Ayuntamiento en 1885 y que abarcaba varias calles en torno a las plazas de Lugo y de Pontevedra.
Al igual que ocurre con la calle Ferrol, en Plaza de Lugo hay edificios frente a los cuáles uno podría pasarse horas fijándose en los detalles e imaginando las historias que esconden. Y, de entre sus fachadas, destaca la del número 11, una vivienda promovida por Manuel Reboredo y proyectada por Juán de Ciórraga decorada con cisnes y juncos, temática oriental que se puso de moda en el Modernismo de finales del siglo XIX.
Una de las peculiaridades de este inmueble es el uso del azulejo, muy extendido en el norte del Portugal y el sur de Galicia, pero poco habitual en A Coruña. Eso hace que su fachada sea muy delicada ya que cada tesela estaba pintada a mano. En 2011, la Casa de los Cisnes, como se la conoce popularmente, recuperó su colorido y brillo tras un proceso de restauración, una suerte que no han tenido otros edificios de la ciudad de esta etapa que están en ruinas o se han perdido por su deterioro progresivo.
Tres casas excepcionales
Si se observa la vivienda contigua, el número 12 (donde vivía y tenía estudio el arquitecto Andrés Reboredo), se puede ver como está inspirada en motivos árabes de al-Andalus, mientras que en la Casa de los Cisnes la decoración sigue la temática de los mantones y abanicos de Filipinas e Indonesia que traían a Europa los viajeros. Junto a ella, en el número 13, destaca Casa Arambillet, visita obligada en este paseo.
En todas ellas hay una unidad estilística con las galerías del resto de la ciudad pero con los elementos modernistas que los arquitectos de la época importaron de Austria, Francia o Alemania, como las franjas horizontales en azul, las hojas, las figuras femeninas o las molduras curvas. Eran casas de hasta cinco pisos, innovadoras en su exterior pero cuya distribución interior no era muy diferente a las de las galerías tradicionales. Al igual que la burguesía de finales del siglo XVIII con las galerías, esta nueva ciudadanía quería ser vista como libre, diferente y más moderna. Y, gracias al mar y a las comunicaciones con Europa, convirtieron esta calle en una de las más singulares de la ciudad.
Para ampliar información:
- A Coruña fue más austríaca que catalana. Pepe Verdú. La Vanguardia
- El azulejo, una rareza en la ciudad de cristal. La Opinión de A Coruña.
Bibliografía:
- A Coruña, 1900. La eclosión de la ciudad moderna, María Garrote Recarey. Revista Minius de la Universidade de Vigo, n. 19.
El arquitecto: Juan de Ciórraga

Juan de Ciórraga y Fernández de Labastida (Vitoria, 1836-A Coruña, 1931) fue arquitecto municipal de la ciudad entre 1863 y 1890, fecha en la que abandonó el cargo para dedicarse a la profesión por libre.
Como urbanista destaca su anteproyecto para el primer Ensanche (1878) y el diseño de los Soportales de la avenida de Marina (1870) y de la Plaza de María Pita (1877), sus aportaciones más famosas.
Destacan sus trabajos como arquitecto diocesano en A Coruña donde se encargó de la restauración de la Iglesia de Santa María del Campo y de la escalinata de la Iglesia de Santiago, ambas de estilo Románico y ubicadas en Ciudad Vieja.
También fue autor de la casa de los hermanos García Naveira, de estilo parisino (a la izquierda) en Betanzos, y de la antigua Plaza de Toros coruñesa.