Un edificio en busca de autor

  • Arquitecto: Antonio López-Hernández
  • Fecha: 1911
  • Dirección: Calle San Andrés, 118

El edificio La Llave, denominado así porque acogió durante años una ferretería del mismo nombre, es un inmueble característico del Modernismo coruñés. Sufrió, como gran parte del barrio de la Pescadería, las consecuencias del abandono ya que muchos propietarios de inmuebles de renta antigua no veían útil acometer las reformas con los precios de los alquileres, lo que, unido a la falta de apoyo institucional, llegó a poner en peligro edificios de gran valor patrimonial para la ciudad. Por ejemplo, en 2006, con la fachada apuntalada y con la reforma en marcha, los medios de comunicación se hacían eco del precinto de la calle por la caída de cascotes de su fachada.

Felizmente, La Llave es uno de los edificios protegidos por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior de la Ciudad Vieja y Pescadería y luce ahora renovado. Según el Catálogo de Arquitectura de A Coruña 1890-1940, debió de ser construido entre 1910 y 1911 por Antonio López Hernández que estuvo tres años desarrollando su trabajo en la ciudad. Desgraciadamente, los planos originales no se encuentran en el archivo municipal.

Galería central

Edificio La Llave consta de un bajo, dos plantas y un ático, y su fachada tiene algunos de sus rasgos característicos del estilo modernista autóctono, como la importancia de las líneas verticales, los arcos rebajados, las guirnaldas vegetales típicas, las molduras de escayola y el uso del hierro. La simetría que parte de la galería central de madera pintada de granate es una de sus principales características. Sus balcones descansan sobre la espectacular estructura metálica de la planta baja.

Sin cuestionar su indudable valor artístico, se trata de un edificio que sigue en el foco del debate. Algunos expertos adjudican la autoría a  Julio Galán, ya que algunos motivos de la casa recuerdan al estilo Secesión, lenguaje que este arquitecto utilizó a lo largo de su carrera. 

La estructura del predio, que ocupa no sólo la calle San Andrés sino también Pastoriza, es parecida a la de otros inmuebles modernistas en la ciudad, con el acceso al edificio en el lateral usándose la puerta central para acceder al bajo comercial. En la parte lateral, que no guarda relación con la fachada, las ventanas se adornan con círculos en la primera planta o con jambas superpuestas en la segunda. Si uno se fija bien, en los balcones aparecen las típicas caretas de mujer, otro rasgo presente en la obra de Galán.

López Hernández dejó numerosas obras en la ciudad como Casa Salorio, en una esquina de la Plaza de Pontevedra, Casa Barrié o Casa Arambillet (a partir de un proyecto de Julio Galán) así como la ampliación de La Terraza. Te recomendamos que seas tú mismo quien pueda visitar las obras de sus autores (tienes muchas en este paseo y en el del Ensanche) y aportar tu punto de vista sobre el debate de su autoría.

Auge y caída de la calle San Andrés

Foto antigua de la charcutería de Casa Cabanela.

Ir de compras a San Andrés era un clásico de nuestras abuelas y bisabuelas, que venían del pueblo en el Trolebús o se acercaban desde otras calles de la ciudad. Durante muchos años fue el eje comercial de la zona, aunque posteriormente decayó y ahora vuelve a resurgir.

Esta calle esconde grandes joyas de la arquitectura de nuestra ciudad. Además de las que forman parte de este paseo, recomendamos visitar Casa Cabanela, en cuyo bajo hubo durante años una muy frecuentada charcutería de la ciudad.

Este inmueble es sin duda una de las joyas de Julio Galán, el arquitecto que mejor supo dibujar los cambios sociales y culturales de la burguesía de comienzos del siglo XX.

Zapaterías, estudios de fotografía, tiendas de batas como La Maja, comestibles… Era imposible no volver a casa con las bolsas llenas tras un paseo por San Andrés, que volverá a ser peatonal y tendrá un metro ligero para tratar de regresar a los buenos tiempos del comercio de proximidad y el tranvía.