El drama de lo vertical

  • Arquitecto: Antonio López Hernández
  • Fecha: 1912
  • Dirección: Calle San Andrés, 69-71

La vivienda de San Andrés que ocupa las parcelas 69-71 es una buena excusa para hablar de la Pescadería y de sus habitantes, que a comienzos del siglo XX pertenecían a la clase media acomodada y se dedicaban principalmente al comercio. Cinco siglos antes, cuando se inició la urbanización del barrio, convivían en sus calles marineros, mercaderes y soldados que pertenecían a clases populares. Y, hoy en día, la dinámica urbana y el valor de cambio del suelo desplaza a sus habitantes tradicionales en favor de nuevos propietarios y proyectos de inversión, como ocurre en muchas otras ciudades.

Pescadería es una de las zonas más antiguas de A Coruña y se extiende desde María Pita hasta Juana de Vega. Fue uno de los barrios más afectados por el ataque de las tropas inglesas en 1598, que causó pérdidas humanas y daños en negocios, iglesias y viviendas. Pero la zona volvió a levantarse y se convirtió en paradigma de prosperidad gracias al desarrollo del puerto marítimo, convirtiéndose en el siglo XIX en el motor comercial de la ciudad.

Volviendo a este edificio en concreto, su autor es Antonio López Hernández, arquitecto que colaboró estrechamente con Ricardo Boán y Julio Galán, de los que también se incluyen viviendas en esta ruta. Trabajaron juntos entre 1905 y 1915, una etapa de enorme pujanza económica en A Coruña por el comercio. Las obras de los tres destacan por la originalidad de sus propuestas y su capacidad de crear un estilo propio incorporando a la galería tradicional las corrientes decorativas europeas como el Art-Nouveau o el estilo Secesión.

Con 5,50 metros de frente y 38 metros de fondo, San Andrés 69-71 cuenta con una planta baja dedicada a negocio y cuatro para 4 viviendas, con un patio posterior. Salvo la primera planta, en la que hay un balcón, en las restantes predomina la galería, peculiar por sus ventanas muy verticales, que dramatizan aún más su estrechez. Destaca su cornisa de madera de dos niveles, que enfatiza el cuerpo principal de la obra.

Es un edificio estrecho que puede pasar desapercibido en un paseo por San Andrés, pero que está lleno de pequeños detalles ornamentales que lo hacen imprescindible en esta ruta, como las tradicionales circunferencias o las flores del catálogo ornamental modernista. En este caso, el autor decidió prescindir del color y crear una continuidad con la galería clásica de madera.

El edificio ha sufrido diferentes remodelaciones que afectaron, sobre todo, al bajo, del que se perdió una efigie alada que coronaba el escaparate. Atribuida al mismo arquitecto, en la misma calle, pero en la acera de enfrente, te invitamos a disfrutar del edificio La Llave y comparar ambas obras de estilos muy diferentes, pero con elementos decorativos comunes, como los círculos y coronas vegetales en los marcos de las ventanas o los capiteles

Para ampliar información:

  • Guía da Arquitectura A Coruña. Esteban Fernández Cobián. COAG

Fotografías: Mario Entero