Presidiendo la Ciudad Jardín

  • Arquitecto: Rafael González Villar
  • Fecha: 1928
  • Dirección: Avenida de La Habana, número, 1

Es imposible no pasear desde el Ensanche hasta la playa Riazor sin pararse en Villa Molina, una casa de película, geométrica y asimétrica a la vez, que mezcla diferentes lenguajes para transmitir elegancia y exotismo.

Forma parte de Ciudad Jardín, un barrio que nació pensando en las clases medias tomando como referencia la propuesta de Ebenezer Howard, de finales del siglo XIX, bajo la idea de descongestionar las grandes ciudades a través de la construcción de comunidades rurales autosuficientes. Una idea que en España se tradujo principalmente en pequeños barrios y que en nuestra ciudad impulsaron dos de nuestros arquitectos más reconocidos: Eduardo Rodríguez Losada, en una primera etapa, y posteriormente Santiago Rey Pedreira a través de la cooperativa Domus.

Villa Molina se ubica en la cara norte de Ciudad Jardín con vistas a la playa y fue un encargo de Raimundo Molina Couceiro, un comerciante naviero que era cónsul de Países Bajos en A Coruña y Lugo, padre, por cierto, de uno de los alcaldes más reconocidos de la ciudad, Alfonso Molina. También fundó el Banco de La Coruña además de desempeñar diferentes cargos políticos.

El proyecto es del arquitecto Rafael González Villar, autor también de la Casa Molina, vivienda familiar del mismo empresario en cuyos bajos estaban las oficinas consulares, un espectacular edificio que se ubica en Puerta Real, al inicio del Parrote, que también merece una visita detallada.

Acceso a dos viviendas

La villa fue un encargo de Don Raimundo para alojar las viviendas de sus dos hijas, de ahí que conste de dos casas adosadas e independientes, de volumen cúbico y levantadas sobre un gran basamento que ocupa toda la parcela. En los bajos del pedestal se ubicaron las cocheras así como almacenes. El acceso a ambas casas es único a través de una doble escalera que asciende a la plataforma superior y se bifurca hacia las dos entradas independientes de cada vivienda.

En la planta baja se ubican las estancias públicas: despachos, comedor y cocina; y en el piso y la buhardilla, diferentes tipos de habitaciones, tres de ellas con terraza y galería.

Estilísticamente, es una obra de Estilo Secesión en la que son protagonistas los muros desnudos y los elementos decorativos: alicatado en azul intenso en la planta baja y cenefas de cerámica ajedrezada blanca y azul en las superiores, que aporta unidad a las fachadas. La cubierta de zinc, la carpintería de madera y los juegos de volúmenes a través de los rehundidos y huecos de diferente tamaño consiguen que el conjunto tenga armonía y destaque en su privilegiada esquina. Porque, Villa Molina nació para sentirse contemplada y admirada, para remarcar el poder político y económico de su dueño y de todo aquel que, a lo largo de este siglo, haya tenido la fortuna de habitarla.

Para ampliar información:

Fotografías: Montse Barba

El arquitecto: Rafael González Villar

Rafael González Villar.

En enero de 2021 saltaba la noticia de que un incendio había acabado con Casa Carnicero, un chalé ubicado en Perillo (Oleiros) del arquitecto Rafael González Villar (A Coruña, 1887-1941).

No es la primera vez que la falta de sensibilidad o el abandono nos han privado de alguna de las obras de este autor. Una de las más famosas fue el Edificio Castromil en la plaza de Galicia de Santiago de Compostela, que en 1977 fue demolida, a pesar de las protestas, para construir un aparcamiento subterráneo.

Otro de sus edificios, el Sanatorio de Oza, está practicamente en ruinas.

A pesar de ello, hay suficientes obras en la

ciudad y en las localidades vecinas para confirmar el talento de González Villar. Además de sus viviendas para la familia Molina en A Coruña, es autor de las Escolas Jesús García Naveira y otros edificios emblemáticos de Betanzos, como la Casa del Pueblo y el Palco de Música. Y en Oleiros, el chalé Rialeda acoge la actual Biblioteca Municipal.

Otra de sus obras emblemáticas es el Cine Avenida, que está siendo rehabilitado en Los Cantones coruñeses.

González Villar fue el único arquitecto español que se presentó al concurso internacional para diseñar la sede del Chicago Tribune, en 1922, consiguiendo una mención honorífica por el proyecto.